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Alejandro Canales Sánchez

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Cátedras: el futuro no llegó en la primera década

Canales-Sánchez, A. (febrero 15, 2024). Cátedras: el futuro no llegó en la primera década. Suplemento Campus Milenio. Núm. 1032. 2024-02-15

Hace 10 años, en febrero de 2014, apareció la primera convocatoria del programa Cátedras Conacyt y en este año vence el periodo de comisión de los primeros catedráticos. Los lineamientos dicen que el nombramiento puede ser renovado, pero también es el último año del actual sexenio y el horizonte del programa no se ve claro.

La continuidad del programa Cátedras ha estado en suspenso casi desde que comenzó.

Actualmente tiene otro nombre: Investigadoras e Investigadores por México, aunque casi nadie lo llama de esa forma. Pero no solamente cambió de nombre, también sus lineamientos son otros y otros sus ritmos.

La convocatoria de 2014 despertó muchas expectativas en el ámbito científico y tecnológico, principalmente entre las jóvenes promesas que estaban concluyendo su doctorado o posdoctorado pero cuyo futuro laboral era nulo o muy limitado.

El programa planteó que el Conacyt asumiera el papel de patrón y comisionara a los jóvenes en instituciones de educación superior por un periodo de 10 años. La idea era instaurar al menos 500 cátedras al año, incrementar la cantidad al paso del tiempo y, sobre todo, buscar que las instituciones receptoras abrieran una plaza definitiva para esos jóvenes.

Todo sonaba bien, porque no solamente se abrían oportunidades laborales, también se conjuntaba el conocimiento experto de los jóvenes y las necesidades de investigación de las instituciones académicas. Además. se dijo entonces, la asignación de plazas buscaría impulsar a las entidades federativas e instituciones con menor desarrollo científico y tecnológico.

Sin embargo, los planes fueron unos y otros los acontecimientos. Unos jóvenes se quejaron por la falta de condiciones para realizar su labor en las instituciones receptoras; otros no encajaban, ni administrativa ni académica ni culturalmente, en la organización de las instituciones; unos más a la primera oportunidad abandonaron el proyecto. Lo peor fue que casi ninguna institución tuvo la capacidad, o autorización de Hacienda, para abrir plazas a concurso para jóvenes catedráticos.

El crecimiento del programa tampoco se acercó a lo previsto. Solamente en 2014 se asignaron más de 500 Cátedras, los años siguientes la cantidad se redujo a la mitad o menos. Otra vez Hacienda no dio la autorización correspondiente. En 2018, al cierre de la administración de Peña Nieto, el programa tenía 1,511 Cátedras.

La restricción de los recursos financieros ha sido uno de los mayores obstáculos y el panorama fue más sombrío en el actual periodo de gobierno. La directora del ahora Conahcyt, María Elena Álvarez-Buylla, en febrero de 2019, dos meses después de asumir funciones, puso en claro el problema.

De hecho, la directora lo dijo en el contexto de su primera conferencia de prensa, similar a las del presidente de la República. Dijo en aquel entonces: “Hoy tenemos colgados de la nómina a 1,500 catedráticos, eso tiene que cambiar… vamos a hacer honor a los compromisos, vamos a revisar con mucho cuidado que se cumplan, pero no se van a abrir nuevas plazas de Cátedras, sino que vamos a tratar de hacer propuestas mucho más sustantivas y sustentables a futuro” (t.ly/vy79).

Ahí comenzó y concluyó la idea de las conferencias de prensa, pero las declaraciones de Álvarez-Buylla confirmaron que el problema principal eran los recursos económicos. Además, esas mismas palabras fueron el detonante para la protesta de los jóvenes catedráticos y la posterior creación del Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores de la Investigación de Cátedras Conacyt (Siintracatedras).

El caso es que no hubo convocatoria para el programa en 2019 ni en 2020. Al final de 2021 apareció nuevamente, pero ahí cambió el nombre y la finalidad: ya no solamente habría catedráticos comisionados en instituciones académicas, también lo estarían en la administración pública. Luego vino el cambio de normas, la disputa con el sindicato, el retraso en los resultados de las plazas y las asignaciones mínimas, entre otros aspectos.

Los nuevos lineamientos del programa dicen que las personas contratadas por el Conahcyt tendrán un nombramiento por tiempo indeterminado y serán comisionadas “por un periodo de hasta diez años” y en casos debidamente justificados se podrá solicitar renovación (Artículos 20 y 21. DOF. 18.08.2023).

En fin, la información oficial más reciente dice que, a junio de 2023, suman mvil 226 jóvenes en el programa, distribuidos en 137 instituciones. Hace diez años se había previsto asignar entre 500 y mil cátedras cada año. Pero no, no fue así.

Hoy, casi al cierre de la actual administración, terminaremos con una cantidad menor a la del periodo anterior. Una década después los catedráticos no se volvieron más jóvenes y la certeza sobre su futuro laboral no llegó.

Pie de página: La semana pasada quedó integrada la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 en México, elaborará un diagnóstico integral del periodo de contingencia. // La dirigencia de Morena dice que Signa Lab del ITESO “no es neutral”. La entidad académica es coordinada por Rossana Reguillo y fue seleccionada por el INE para el primer debate, pero… Pendientes.




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