banner
banner

Manuel Gil Antón

foto

El mastodonte educativo

Gil-Antón, Manuel. (octubre 08, 2011). El mastodonte educativo. El Universal. Recuperado de: elprofegil.wordpress. https://elprofegil.wordpress.com/articulosperiodicos/ 2011-10-08

Mírala. Ahí está, como la Puerta de Alcalá. Un edificio precioso, enorme, pesado, que va de calle a calle. Metáfora involuntaria del tonelaje propio del país de las entidades únicas, en el centro, imaginario pero denso, de un intento inacabado de república y democracia. No se confunda. Es la SEP. La original y verdadera. La de bronce.

Noventa años. Ni pura luz, tampoco surtidor exclusivo de sombras. Grises. Decir lo que ha sido implica dar cuenta de procesos múltiples, variopintos y contradictorios, imposibles de condensar en un texto, y desde la mirada incompleta, parcial, de quien esto escribe: da vértigo estar frente a tantas décadas. Tarea de historiadores.

Vale una pregunta que, sin negar el importante papel que ha jugado en la construcción del México en que vivimos, podemos considerar. La educación pública, que no es lo mismo que esa secretaría, es imprescindible, pero ¿tiene sentido que la SEP, con su talla, siga existiendo aún? Hubo necesidad durante décadas —al menos eso se afirma— de instituciones gigantescas para la construcción de la más grande: el Estado-nación.

Hay quienes afirman que fue indispensable, en buena parte del siglo XX, un solo partido, el poder único subordinante de todos, una sola confederación obrera, nada más una organización para los campesinos y otra para las organizaciones populares —sean lo que sean—, así como una sola Universidad en serio, un Politécnico, no más, y otros macrodespachos con vocación y capacidad de control, exclusivo, de su quehacer en todo el territorio. ¿Acaso seguimos en los tiempos en que esa forma de control y acopio tuvo cierta razón de ser? Considero que no. Tampoco los sindicatos nacionales de equis y zeta actividad.

La SEP. La de verdad. La grande. La que hunde sus raíces en Vasconcelos y llega hasta nuestros días, y su hermano gemelo, el SNTE, ¿no son ya mastodontes burocráticos propios de otro contexto? Durante décadas no ha disminuido el peso la SEP inmensa. Es una burocracia enorme e ineficaz.

¿No será tiempo de reformar a la gran SEP y reducirla a un espacio razonable de regulación de los rasgos compartidos que nos conforman como nación? Hay necesidad, sin duda, de elementos que de Sonora a Yucatán nos sean comunes para reconocernos, e incluso para desde ahí salir al encuentro con los otros. ¿Esa función requiere tal cantidad de plazas, recursos, direcciones, asesores, coordinadores y representantes en cada entidad?

Conmemorar conduce a pensar. Rebasa, como dijo su actual encargado, la fiesta para imaginar su renovación. De animal inmanejable cambiarla a una entidad moderna, sobria, adecuada a los tiempos que corren puede ser una pista. Lo peor que nos puede pasar es que, en 10 años, celebremos el centenario de la misma, ineficiente y costosa telaraña de intereses, en amasiato con su espejo sindical. Y sería el acabose que diseñen un coloso con gis y borrador.




Derechos reservados 2024 PUEES-UNAM
Universidad Nacional Autónoma de México