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Manuel Gil Antón

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Educación: metas mediocres, triunfo seguro

Gil-Antón, Manuel. (febrero 02, 2011). Educación: metas mediocres, triunfo seguro. La silla rota. Recuperado de: elprofegil.wordpress. https://elprofegil.wordpress.com/articulosperiodicos/ 2011-02-02

Hay ahora un sistema mediante el cual los programas de gobierno en materia social deben establecer sus metas. Se llama o tiene que ver con una técnica: Elaborar una Matriz de Marco Lógico, que quiere decir que haya una expresión clara de fines, propósitos, componentes e indicadores que permitan evaluar el avance de los programas financiados con recursos públicos, más allá del simple informe que antaño se hacía: Me gasté todo lo que me dieron, y ya.

Se trata, sin duda, de un esfuerzo para que haya más rendición de cuentas, pero contiene un peligro que se puede ejemplificar con el caso de la educación superior, hace unos años, del que este escribidor fue testigo: Resulta que la meta prevista para el 2012 en materia de cobertura de la educación superior era que 18 estados que estaban abajo del 20 por ciento de sus jóvenes en los estudios superiores, para el fin del sexenio estuviera al menos en ese porcentaje o más.

Junto con la de tener al 30 por ciento al menos a nivel nacional, la meta de que ninguna entidad estuviese abajo del 20 por ciento eran compromisos asumidos por la administración educativa calderonista.

¿Qué sucedió? Que por recomendación de una asesora de la CEPAL, principal impulsora de este mecanismo de generación de programas y de metas, la SEP decidió cambiar de objetivo: La que se asumió en el Programa Sectorial Educativo, es que 3 de los estados con coberturas inferiores al 20 por ciento, lograran rebasar esa proporción. Ojo: De un esfuerzo serio de equidad para que ningún estado estuviera en niveles inaceptables, se pasó a que fueran 3. Por cierto, la propuesta de la asesora fue, cito de memoria: “mejor pongan una meta que seguro se puede cumplir, para que su informe sea que cumplieron al 100 por ciento o que lograron más de lo propuesto; tendrán semáforo verde y felicitaciones.”

¿Qué ha pasado? En el IV Informe de Gobierno, se afirma que la meta ha sido no sólo cumplida antes de lo previsto, sino que son más de 3 estados, lo cual hace que su nivel de eficacia rebase el 100 por ciento. Ergo, maravilloso, espléndido, el gobierno cumple.

Pero cumplir metas a modo, sin esfuerzo – en este caso había estados que estaban muy cerca del 20 por ciento al momento de establecer la meta, e incluso alguno que, por disminuir el número del grupo de edad de 18 a 23 años, sin meter a un solo alumno subiría su tasa de cobertura – no abona al crecimiento del país, sino al estancamiento revestido de logros.

Otro caso es el de PISA: En 2003, el promedio de el promedio de matemáticas y lectura (sic) fue de 392 puntos, y el gobierno se propuso llegar en 2012 a 435: esto es, subir 43 puntos en un lapso de 9 ciclos escolares. La tasa promedio de variación anual, para lograrlo, es de menos de 5 puntos, resultado de dividir 43 entre 9. En términos porcentuales, se propone que el incremento sea del 11 por ciento. Y se va a lograr, porque un indicador numérico que es un extraño promedio de dos habilidades, que se busca impulsar a un ritmo de un poco más de 1 por ciento anual, es una meta mediocre: es más, da pena dar la cara por ella.

Seguimos siendo el país más atrasado de la OCDE. Sólo 5 por ciento en números redondos de los muchachos de 15 años que permanecen en la escuela – el 66 por ciento del grupo de edad – obtienen resultados superiores a lo regular, y casi el 50 por ciento está en niveles de lectura y matemáticas que les imposibilitan leer bien o hacer un cálculo sencillo: Para ellos, la regla de tres es una cuestión de Premio Nacional de Ciencias, y entender un texto y relacionarlo con otros merecería el Príncipe de Asturias.

Ponga metas bajas, las va a lograr. Dirá que por primera vez se tiene una meta clara, pero si es ridícula, no se vale festejarla.

Discrepo de la opinión del creador de PISA, el señor Andreas Schleicher, quien afirma que México ha avanzado significativamente y va por el buen camino: Claro, el buen camino es mejorar la educación y que esto se refleje en PISA, pero estimar que la meta es digna de un gran esfuerzo no. En lectura, el promedio de la OCDE es de 493. Si en 9 años avanzamos 43 puntos, y la distancia actual es de 71, requeriremos más o menos 16 años para alcanzarlo. Pero esto no será así, pues los países se van moviendo, de lo que se sigue que el promedio subirá…

Retos en serio, si no se cumplen, ayudan más que retos baladíes. ¿Cuándo aprenderemos a buscar avances fuertes, y no metas sexenales con más fines electorales que educativos? No será posible si, para ello, tenemos que decir: SNTE mediante…




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