Humberto Muñoz García

Quienes trabajamos en la academia universitaria, enseñando e investigando, tenemos la obligación y el disfrute de leer los trabajos de los colegas en nuestro campo de observación y análisis, en este caso la educación superior, en el cual hay una producción muy vasta en México y en otros países.

Hace unos cuantos números se publicó en este suplemento un texto mío en el que señalo la necesidad de hacer una mayor difusión del trabajo científico en el país. Supongo que entre los lectores de Campus se encuentran colegas que trabajan en las universidades, así como también estudiantes interesados en la educación, y en otras disciplinas sociales y humanísticas.

En fin, me motiva pensar cómo cubrir a estos públicos y a otras personas que están fuera del campus. Además, incluir a funcionarios que intervienen en la toma de decisiones para conducir el sistema educativo y a las instituciones que lo componen.

Hoy quiero comunicar y recomendar, como ya lo he hecho en otras ocasiones, la lectura de algunos libros. Y comienzo con uno titulado Laberintos y enjuegos: (re)encuentros con Eduardo Ibarra Colado. Este libro no es un homenaje a quien fuera un muy destacado e influyente investigador. Reúne trabajos de más de una decena de autores, quienes comentan, dialogan y examinan sus contribuciones académicas. Recorren sus estudios organizacionales, en los que Ibarra fue un magnífico exponente. En su obra, también trató al sector de la burocracia , que más recientemente ha tomado una fuerte presencia en las casas de estudios. Los textos del libro también abordan problemas éticos y de método.

Y es de la mayor importancia lo relativo al neoliberalismo y la privatización. Aquí resalto un texto de éste autor, que es de una indudable riqueza intelectual referido al Capitalismo académico en los márgenes. Tal es la importancia de la obra de Ibarra Colado que permitió convocar a este grupo de académicos, bajo la coordinación de Angélica Buendía.

Esta investigadora tiene una trayectoria académica relevante, por el volumen y el contenido de su producción. En lo personal, creo que sus trabajos son importantes porque alude, de siempre y de fondo, a temas y asuntos que tienen relevancia política para la educación superior. Lleva a cabo análisis e interpretaciones que, desde que uno comienza a leer sus textos, denotan razonamiento lógico y fundamento empírico. Es decir, hay cuidado con el método.

Ante la imposibilidad de reseñar todo lo que ha escrito Buendía, que resulta de mi interés, mencionaré que en el 2013, ella e Ibarra publicaron un Compendio del Sistema Universitario Mexicano en el que se establece un perfil institucional de unas cuarenta universidades. Que en el 2018 realizó de nuevo, ahora acompañada por Ana Beatríz Pérez.

Estos dos tomos, rematan en una discusión, que considero esencial, acerca de un problema que consiste en políticas públicas homogéneas dedicadas a atender un universo institucional diversificado. Diversidad versus homogeneidad. Una discusión más a fondo “del sentido y contenido del concepto de diversidad”. Este punto dio pié a otro libro coordinado por Buendía y titulado Políticas gubernamentales y universidades públicas mexicanas: Desafíos a la homogeneidad: el reto inconcluso. Un libro donde se estudia, un cuarto de siglo de políticas públicas y sus efectos institucionales.

Finalmente, el Programa Universitario de Estudios sobre la Educación Superior de la UNAM acaba de publicar un libro de mi autoría, Política y Universidad, el cual fue presentado en el marco de la Unión de Universidades de América Latina el viernes 25 de este mes de Marzo.

Es un libro que fue escrito en el espacio académico del Seminario de Educación Superior, en el cuál, desde su inicio, se ha tenido la preocupación de examinar cómo los factores políticos, internos y externos a las casas de estudios, influyen en su devenir, en cómo se procesa el cambio institucional.

En el libro se examina los riesgos a los que se enfrenta, la universidad pública, y se discute qué ocurre con los académicos, de donde se puede suponer su escasa fuerza política; análisis que está incluido en un texto cuyos autores son Suárez y Muñoz. Considero que la poca capacidad de respuesta política de los académicos tiene que ver con lo que mi coautora denominó como becarización. A lo que se agrega un clima que no estimula la participación.

Pues bien, se hace un recorrido por las políticas de deshomologación salarial, la evaluación del trabajo académico y el financiamiento. Asimismo, se examinan algunos aspectos a tener en cuenta para el cambio institucional. Finalmente, hay una reflexión sobre los efectos de la pandemia sobre la vida universitaria, que fue un fenómeno sobre el cual tenemos que hacer más exámenes de la realidad por que de ahí puede ser que se deriven propuestas sobre la institución universitaria por venir. El libro es de acceso libre en la página del PUEES.