Humberto Muñoz García

En el próximo mes, la Unesco ha convocado a la realización de la Conferencia Mundial de Educación Superior, a celebrarse en Barcelona, España. El evento estará dedicado a «Reformular los ideales y prácticas de la Educación Superior para asegurar el desarrollo sostenible del planeta y de la humanidad”.

Hay un punto para la discusión, de entrada, que nos atañe a todos los universitarios. Por la pandemia, las universidades tuvieron que cerrarse. Se afectaron las tres funciones, docencia, investigación y difusión, y la gestión administrativa tuvo que ajustarse a nuevas realidades para que las instituciones no se pararan. La gobernabilidad también resulto perjudicada. Y, con todo, se buscó solucionar múltiples problemas nuevos, para seguir adelante, lo que dejará varios aprendizajes

En la Conferencia, naturalmente, se abordará el hecho de que la reanudación de las actividades presenciales está siendo una tarea que se lleva a cabo a un ritmo lento. El regreso al trabajo ocurre en medio de una realidad social complicada, llena de incertidumbre, con economías muy dañadas, que requieren medidas fuertes para remontar obstáculos, cuya dificultad aumentó con la pandemia. En nuestro país, además, la educación superior quedó envuelta en el contexto de una disputa política por el contenido y la realización del proyecto nacional.

En la agenda del Congreso se propone analizar cómo introducir nuevos modelos de aprendizaje, teniendo en cuenta la digitalización, la inteligencia artificial, las nuevas tecnologías de la comunicación, la brecha digital, y la necesidad de ampliar la cobertura. Asimismo, se pretende fincar prioridades para cumplir las metas de sostenibilidad, preparar a las nuevas generaciones para que puedan enfrentar el futuro, desarrollar comunidades de aprendizaje que sean inclusivas, y delinear el camino para que los sistemas educativos de nivel superior entren a una nueva etapa de desarrollo.

Para este evento, la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), a través de su Consejo Ejecutivo, convocó a los académicos y a los responsables institucionales, para que integraran Comisiones de trabajo sobre los puntos de la agenda. También, para crear una Comisión General, formada por varios rectores, la cual preparó una versión inicial del documento, que la UDUAL llevará a la mencionada reunión.

En dicho documento se abordan los problemas de la educación superior de la región: inclusión, calidad, relevancia y pertinencia de los programas de estudios, necesidad de intensificar el intercambio académico en América Latina, cómo aumentar la producción de conocimiento y su diseminación en la sociedad. Incluye, asimismo, sugerencias para fortalecer la cooperación y las sinergias académicas, y trata lo relativo a la gobernanza institucional, entre lo más relevante.

Se entiende que la problemática de la educación superior está estrechamente ligada a las dificultades estructurales de carácter social, a realidades profundamente desiguales, que no se han podido modificar, sino que se han agravado. Se indican las dificultades que tiene la sociedad para enfrentar sus desafíos contando con sistemas educativos muy heterogéneos en sus características y condiciones de trabajo, en un contexto en el que en cada país existe una legislación propia que enmarca las políticas educativas.

Del documento de la UDUAL, quiero resaltar el énfasis puesto en la dinámica docente, a partir del trabajo colectivo, en equipos, en grupo, en la colaboración indispensable para producir conocimiento, a partir de la definición de problemas, de retos que lleven a descubrir lo nuevo. Se insiste en que el análisis se haga colectivamente, en la argumentación con respeto a las diferencias, y en que unos aprendan de los otros.

Se reconoce que hay retos para aplicar lo que se aprende, cuestiones de método. En las universidades, además, habría que incentivar la aparición de espacios de arte (pintura, escultura, cine, teatro, danza, música) expuestos a los estudiantes; espacios que agreguen capital cultural, que contribuyan a formar mejores ciudadanos. Se dice, además, que “la construcción del conocimiento debe estar asociada a la construcción de valores sociales”. Agregaría, de mi parte, que es menester eliminar las relaciones patriarcales en la universidad y demostrar las bondades de una vida democrática.

Es importante señalar, para concluir este brevísimo repaso del documento de la UDUAL, que se reconoce el impacto negativo que ha tenido el modo extractivo de producción sobre la sociedad y la educación superior. De igual manera, se considera que es fundamental diseñar “modelos de desarrollo capaces de estimular la inversión productiva, social y ambientalmente responsable” que permita detener la devastación ambiental, el crecimiento de la pobreza extrema, la polarización social, las migraciones forzadas, y la violencia. Y para ello, América Latina y el Caribe, requieren contar con universidades renovadas, creadoras de bienes públicos, tarea que consiguen por su carácter autónomo.

Considero que sería muy importante que el documento de la UDUAL y las conclusiones del Congreso sean difundidos para que, quienes estemos interesados, podamos armar debates y publicar trabajos comparativos, que nos acerquen más a las realidades universitarias de América Latina y el Caribe.