Humberto Muñoz García

Hace una semana asistí al primer informe del segundo período del Dr. Miguel Armando López Leyva, quien es director del Instituto desde hace cinco años, en los cuales ha habido avances sustanciales, a pesar de la pandemia.

Nuestro Instituto se fundó en abril de 1930. Lo menciono porque acaba de aparecer un libro sobre su origen y contexto histórico, que contiene colaboraciones de varios de sus académicos. Desde que inició sus trabajos, el Instituto ha tenido la vocación de contribuir al estudio de los grandes problemas nacionales, con conocimiento original y riguroso, a través del cual la UNAM puede participar en el rumbo de la sociedad mexicana.

En el informe se rindió homenaje a Pablo González Casanova, por todo lo que él representa para el pensamiento social y político del país, por sus contribuciones teóricas a la sociología y por la creatividad, desde su rectorado, centrada en la práctica de la interdisciplina. Que hoy continúa en la investigación y la docencia de esta casa de estudios, como un enfoque indispensable para una mejor y más amplia comprensión de la fenomenología social. Al Dr. González Casanova se le debe, asimismo, la fundación de la universidad abierta, que en estos tiempos ha sido crucial para impulsar y mejorar la educación remota. Nos enseñó, también, que a la Universidad hay que amarla para comprenderla y conducirla mejor. Y a luchar con fuerza intelectual y política para defender su carácter público y autónomo.

En el informe de actividades de 2021 a 2022, se habló de la formulación del Plan de Desarrollo Institucional del IIS, en la que participaron los investigadores y técnicos, quienes, con sus observaciones, contribuyeron a enriquecer el documento, que goza del consenso de los académicos y marca la pauta de la Dirección.

Destaco algunas cosas del informe que llamaron mi atención, por su relevancia para el Instituto y la UNAM. Se dijo que la planta académica cuenta con 96 investigadores de los cuales 91 tienen el doctorado; el 75 por ciento del total ocupa las categorías académicas más altas. Se redujo el promedio de edad a 59 años, pero, todavía, el 64 por ciento de los investigadores tiene más de 60 años, lo que habla de un conjunto de académicos con alto prestigio y experiencia, que puede volcarse a los investigadores incorporados recientemente.

En los últimos años ha habido una renovación gradual de la planta académica. Lo que es importante para el intercambio generacional, la modificación de la agenda, la permanencia y transformación del Instituto. Destaca, además, que los 26 técnicos que sirven de apoyo a las investigaciones tienen formación universitaria.

En el IIS-UNAM se cultivan 34 líneas de investigación por académicos que tienen diferentes disciplinas. De hecho, el Instituto es multidisciplinario y una buena proporción de sus miembros se agrupan en seminarios, que son espacios que favorecen el desempeño de las funciones universitarias. Se realizaron, en el año que cubre el informe, 275 proyectos de investigación. La proporción de proyectos colectivos ha venido aumentando y hoy ya representan el 43 por ciento, lo cual, desde mi punto de vista, permite ampliar y profundizar el análisis de los problemas que se estudian y la proliferación del conocimiento.

En este último año se publicaron por parte del Instituto 7 libros y 10 más están en proceso. Además, salieron cinco números de la prestigiada Revista Mexicana de Sociología, uno de ellos dedicado a la pandemia y sus efectos.

Para mostrar el interés que se tiene en los productos del Instituto, el Dr. López Leyva mostró los datos del Repositorio Digital. El Instituto cuenta con 165 libros en PDF que tuvieron 1 070 483 descargas y con 33 libros en ePub que tuvieron 17 022 descargas. Y, para concluir con esta parte del informe, se indicó que los investigadores publicaron 42 libros, 92 capítulos y 117 artículos, en revistas especializadas.

El personal de investigación del Instituto impartió 144 cursos en la UNAM, de los cuales tres cuartas partes se dieron en el posgrado. Y eso significa una circulación de jóvenes en las instalaciones, muchos de los cuales podrán ser los investigadores del futuro en nuestros campos. También, se han ampliado los públicos que entran, vía remota, a un sinnúmero de actividades académicas y culturales que el Instituto lleva a cabo.

En breve, la UNAM tiene en su Instituto de Investigaciones Sociales un corpus de alto nivel académico, del cual se puede sentir orgullosa, por la calidad y cantidad de productos que realiza y por su importancia para entender el México de hoy, con lo cual se refrenda el compromiso social de la Universidad.