Humberto Muñoz García

Voy a tratar dos puntos sobre la UNAM. En uno, presentaré un recuento sobre la presencia académica de la UNAM. En el segundo, llamaré la atención sobre los cambios institucionales que se pueden desatar con el proceso sucesorio y el inicio de un nuevo rectorado, sobre la base de mantener la centralidad de la institución en el desarrollo nacional.

1. La UNAM y su quehacer son un bien público, forjado para servir a toda la sociedad mexicana, brindarle conocimiento de su presente, como resultado de su historia, y abrirle opciones de futuro. La UNAM es fuente de pensamiento crítico y su ethos académico es plural y tolerante; en su seno hay posturas teóricas políticamente diversas y hasta contrarias, abiertas al diálogo. La UNAM ha sido un foro de debate, racional y organizado, de la realidad nacional. Éticamente es contraria a la discriminación y a la exclusión. Y, por su autonomía, practica la libertad de enseñanza, de investigación y difusión del conocimiento.

En pleno Siglo XXI es fundamental dejar atrás una serie de temas, conceptos y políticas educativas; sustituirlos por otros que pongan al día el ethos académico en el centro del debate para que la institución pueda renovarse y hacer frente a todo lo que ocurre con la ciencia, la tecnología y la dinámica del sistema mundo.

La UNAM tiene presencia nacional e internacional. Expondré el punto en breve. La misión de la UNAM la ha llevado a situarse en todo el territorio del país. Lo ocupan 831 entidades académicas: docentes, de investigación y difusión. La mitad del total se encuentra en el AMCDMX y la otra mitad está en todos los Estados que forman la República. Su distribución geográfica obedece a razones académicas, tanto de investigación como de docencia.

Además, la UNAM tiene 14 sedes en 4 continentes y 9 países. Son cruciales para mostrar la cultura mexicana y estimular el intercambio cultural, pero también para la enseñanza y para formar maestros en nuestro idioma, atender a connacionales, auxiliar a emigrantes que desean terminar sus carreras iniciadas en México, ofrecer cursos sobre distintos aspectos de nuestro país, vincular y colaborar en el intercambio académico con universidades de otros países, lo cual es indispensable frente a la globalización de la academia, la movilidad de académicos y estudiantes mexicanos, y la divulgación de las actividades de la UNAM.

La UNAM es una de las 15 universidades más grandes en el planeta y se ubica en el 10 por ciento de las más prestigiadas a nivel internacional.

Vuelvo al país. De la UNAM dependen el Servicio Sismológico Nacional, el Observatorio Astronómico Nacional, Jardín Botánico Nacional, Biblioteca Nacional, Hemeroteca Nacional, Red Mareográfica Nacional, Herbario Nacional, tres reservas ecológicas, el monitoreo del volcán Popocatépetl y 38 laboratorios nacionales reconocidos por el Conacyt. Además, tiene dos buques oceanográficos, el PUMA y el Justo Sierra, que hacen investigación en el campo de las ciencias del mar.

A nivel docente. La UNAM oferta más de 130 carreras de licenciatura a las que asisten 230 mil de los 370 mil estudiantes que pertenecen a la institución, ofrece más de 95 planes de estudio en el posgrado que atienden a más de 33 mil alumnos. Además del sistema incorporado, está el Sistema de Universidad Abierta, y alrededor de 110 mil bachilleres. La Universidad Nacional es la principal productora de conocimiento científico en el país con cerca de 40 institutos, más los centros, programas y unidades de investigación. Publica cuatro libros diarios y sus actividades artísticas elevan el capital cultural de estudiantes y ciudadanos.

La UNAM es uno de los más grandes proyectos culturales de los mexicanos y su riqueza intelectual la ha conseguido gracias a su autonomía y su carácter público. Es constructora de Estado y ha educado a cientos de miles de personas. Ha realizado acciones y programas para el bienestar de las mayorías.

2. La UNAM es una de las grandes riquezas de México. Y necesitamos cuidarla por todo lo que vale. No quiere decir que está exenta de problemas. Tenemos una serie que son de muy difícil solución porque anudan a todas las dimensiones que estructuran a la institución. Y hay que entrar a discutirlos, conseguir consensos y realizar cambios y reformas, siempre teniendo como eje articulador el ethos académico de la Universidad, y que, para este Siglo, debemos acentuar la formación de ciudadanos, la creación de pensamiento social, y estar preparados para seguir el ritmo de los avances científicos y tecnológicos.

Lo anterior viene a colación porque en el segundo semestre del año comenzará el proceso de cambio de rector. Será un momento propicio para reflexionar sobre la reforma institucional. Habrá que encontrar los mecanismos para abrir el proceso sucesorio, para que los interesados en asumir la rectoría presenten y discutan sus proyectos, para que se expresen y se recojan todas las opiniones de la comunidad. Que la Junta de Gobierno tenga información que le permita elegir un rector(a) que goce de legitimidad desde el primer momento y que cuente con las habilidades para enfrentar una tarea, que será muy difícil en estos tiempos.