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Humberto Muñoz García

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En la UNAM es tiempo de humanidades y ciencias sociales

Muñoz-García, H. (agosto 31, 2023). En la UNAM es tiempo de humanidades y ciencias sociales. Suplemento Campus Milenio. Núm. 1010. 2023-08-31

En este momento del país, es ineludible reflexionar sobre las condiciones de vida actuales en la sociedad mexicana. Y, prepararnos para sortear las dificultades que lleguen. Analizar la realidad para formular razones de peso que movilicen a todas las fuerzas posibles en favor de la transformación social. Una de tales fuerzas es la universidad pública.

Refrendo que, en nuestra nación, la UNAM puede jugar un papel de primera importancia en la transformación de la sociedad en este siglo, para lo cual requiere restructurarse y fortalecer su vida académica.

Doy algunos datos de por qué otorgo tal importancia a la UNAM: está situada en el 10 por ciento más alto de las universidades del mundo, de acuerdo con algunas evaluaciones internacionales. Y ocupa el lugar número 15 por su tamaño: cerca de 380 mil estudiantes, 42 mil académicos, más de 40 mil trabajadores. Egresan de la licenciatura más de 25 mil alumnos por año. Es la principal productora de conocimiento científico en el país, publica cinco nuevos libros al día, cuenta con un posgrado extenso y diversificado, tiene instalaciones académicas en todas las entidades federativas y catorce sedes en el extranjero, principalmente en los Estados Unidos.

El papel desempeñado por la UNAM en el desarrollo mexicano es sobresaliente. Es el proyecto cultural más importante de los mexicanos en el Siglo XX, una institución creadora de pensamiento social y conciencia crítica. Los universitarios han sido constructores de las grandes dimensiones del Estado Mexicano, promovido iniciativas que han contribuido a la mejoría cultural y material del pueblo.

Entre sus académicos han habido científicos premiados y reconocidos internacionalmente; humanistas destacados en la historia (León Portilla, O´Gorman), filosofía ( Ramos, Villoro), Letras ( Yañez, Bonifaz Nuño), Derecho (de la Cueva, Carpizo), Sociología (González Casanova), y una lista de intelectuales muy larga que, junto con los economistas y politólogos, es imposible mencionar en este espacio.

Actualmente, ha crecido la universidad abierta, la educación a distancia, organizada desde la CUAIEED. Toda la UNAM está en línea, y se cuenta con la herramienta más amplia de datos (EXCECUM) sobre cientos de universidades mexicanas. La UNAM es arte y cultura: tiene música, una filarmónica y una sinfónica magníficas, cine, danza, pintura, escultura, etcétera.

Es largo hablar de la UNAM. Pero es inevitable en este momento de cambio rectoral. Lo que deseo es resaltar que la UNAM tiene académicos que pueden acompañar y contribuir al progreso científico, formular un plan para establecer un nuevo curso del desarrollo y, junto con ello, programas para transformar el sector salud, el sistema educativo y el jurídico. Porque, ante los obstáculos que impone la realidad social, en la UNAM hay fuerza intelectual y moral suficientes para generar salidas.

Podremos hacer mejor nuestro trabajo, sí se respeta la autonomía y sí el gobierno atiende sus asuntos y nos favorece para mejorar las condiciones de trabajo y acceder al conocimiento universal.

Actualmente, en México, hay altos niveles de violencia, agotamiento de valores ciudadanos, falta de ética, asimetrías, desigualdades, rigideces, corrupción e impunidad, que exigen, en los años por venir, acentuar la misión de las universidades públicas, y a la UNAM, para que se vinculen con su entorno.

La UNAM cuenta con Facultades, Institutos y Centros en humanidades y ciencias sociales que tienen un alto prestigio académico. Estos campos del conocimiento hacen posible plantear acciones para que todos alcancemos una vida digna y participativa en las decisiones políticas.

La enseñanza y la investigación en humanidades y ciencias sociales deben encaminarse al trabajo inter y multidisciplinario. Se trata de ampliar y profundizar el análisis de la sociedad y de encontrar respuestas que auxilien a resolver problemas concretos para la mejoría y el bienestar de la población. Estas disciplinas apoyan para que la universidad cumpla su compromiso social.

La UNAM tiene un enorme desafío en este momento en que está próxima la elección de un nuevo rector. Por un lado, hacer un proyecto para transformarse que le permita estar académicamente a la altura de los tiempos. Por el otro, producir y difundir conocimiento que influya en el desarrollo nacional. La universidad deberá participar en los flujos internacionales de conocimiento, entrar a los avances tecnológicos e incorporarlos para formar cuadros altamente calificados, que cuenten con capital cultural. Acompañar los impactos de la transformación social en los valores, la cultura y el sistema democrático, que sirva para enriquecer la enseñanza y la investigación.

La universidad es una institución que crea futuro, es un bien público y, por tanto, su vínculo con la sociedad debe estar dirigido a responder a las necesidades de todos. Nos toca desvelar las irracionalidades, la anomia, y plantear opciones históricas que las superen, con el concurso de las humanidades y las ciencias sociales.




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