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Humberto Muñoz García

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Para el futuro de la UNAM

Muñoz-García, H. (noviembre 09 , 2023). Para el futuro de la UNAM. Suplemento Campus Milenio. Núm. 1020. 2023-11-09

A la entrada del nuevo siglo, la UNAM salía del largo conflicto de 1999. Formamos un grupo de investigación (SES-PUEES) que definió como línea de trabajo el análisis de los factores políticos que influyen en el cambio institucional de la Universidad. Sobre este objeto de conocimiento comenzamos a trabajar y la discusión giró en torno a los enfoques del cambio y cómo podían auxiliarnos para pensar y renovar la Universidad e impulsarla hacia adelante. La coyuntura lo demandaba. La coyuntura de ahora también.

En este casi cuarto del nuevo siglo XXI, la UNAM resurgió y tomó de nuevo el lugar que le corresponde en el sistema de educación superior y frente a la sociedad a la cual sirve. Pero, entrado el tercer decenio del siglo, la institución exhibe una larga lista de problemas que los y las candidatos (as) a rector (2024 a 2027) han mencionado de una u otra forma; problemas que en algunos casos son críticos, y que merecen enfrentarse para darles solución y para que la UNAM tenga las condiciones que le permitan enfrentar todos los desafíos educativos y de producción del conocimiento, que auxilien al desarrollo de México y al logro de una mejor vida para su población en el corto, mediano y largo plazo.

Lo que puede venir para la UNAM, si hay decisión de transformarla, requerirá que se formen grupos de académicos que piensen, analicen y propongan nuevas políticas para contender con una mayor demanda de oportunidades de estudio y nuevas formas de organizar la investigación mediante equipos multi e interdisciplinarios. ¿Por qué? Debido a que la institución es una de las pocas en México que podrá delinear nuevos modos de producir y transmitir conocimiento, cuya naturaleza es cambiante; en los próximos tiempos la dinámica del conocimiento va a intensificarse por el desarrollo tecnológico y la era de la información.

El Estado Nación puede agobiarse por problemas derivados de situaciones sociales inéditas: las migraciones que provienen de distintos países, relaciones internacionales conflictivas, así como expresiones recientes de la naturaleza por las condiciones climáticas del planeta, la pésima distribución de la riqueza, las desigualdades sociales y regionales, para no hablar de una creciente demanda educativa y la necesidad de nuevos métodos de enseñanza.

La Universidad requiere renovarse a partir de que se entienda que es un espacio de interconexión entre el conocimiento, la cultura, lo público y lo social (Delanty) Tendrá que construir una nueva funcionalidad, e identidad institucional, exigidas por las condiciones de los entornos que la rodean. Entenderse desde una perspectiva de carácter político. Y este no es un enfoque particular (se podría citar una larga lista de autores). Es actual, como lo muestran otras universidades importantes en el mundo (Delanty).

En otros textos, he insistido en la necesidad de modificar el modelo que articula la academia. El modelo seguido desde hace decenios está llegando a un punto de agotamiento. El pago por desempeño ya no se sostiene. Impide avanzar hacia los nuevos y necesarios estadios de cooperación y colaboración académica y fomenta divisiones y desigualdades en las colectividades académicas que obstaculizan y desinstitucionalizan el trabajo científico y humanístico en la Universidad.

Desde hace mucho tiempo, asimismo, se discute que las universidades requieren de buenos gobiernos para realizar sus propósitos y objetivos. La UNAM creció, se expandió y se volvió muy diversa, heterogénea. Se organizó con un gobierno unitario y centralizador. Con el tiempo, se han creado incapacidades para atender todos los problemas que surgen cotidianamente en la organización, no obstante, su enorme burocracia. La idea es que el gobierno universitario gane condiciones para manejar sus transacciones políticas y responder a un mayor número de colectividades, intereses y perspectivas intelectuales.

Hay malestares visibles. Por ello, en el cambio de rector, un sector ha demandado una mayor democratización. Que está ligada a la forma como se elige la autoridad, pero no solamente. También, al ejercicio de la autoridad, porque en algunos casos ha habido clientelismo, nepotismo, arbitrariedad y discriminación, todo lo cual pudre el ambiente académico. Por ello, la idea de abrir la participación en cuerpos colegiados, revitalizados, que ejerzan contrapeso a la autoridad unipersonal.

La democracia es un modo de vida, no sólo de elecciones mediante el voto. Está fundada en valores de respeto, dignidad, tolerancia, igualdad de oportunidades, solidaridad, cooperación, que naturalmente deberían existir en las relaciones sociales y políticas en la academia.

En suma, cambiar amerita retomar el ethos académico, para constituir una organización institucional que responda a la realidad actual y futura de la UNAM y del país, abrir la participación y la interacción comunicativa en la toma de decisiones y acentuar el papel de los cuerpos colegiados como contrapeso a la autoridad unipersonal. Hay que darle posibilidades a la creatividad académica.




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