Humberto Muñoz García

1• Los desafíos. Un ejemplo. Las universidades de nuestro país, donde hay investigación inter o multidisciplinaria en humanidades y ciencias, van a tener que enfrentar nuevos desafíos, porque, según los expertos, los huracanes y otras cuestiones climáticas nos van a afectar seriamente como sociedad. Por ejemplo, el calentamiento, el desprendimiento de los icebergs, la pérdida de biodiversidad, la sequía, la contaminación en las ciudades, la falta de agua y muchos otros problemas climáticos y medio ambientales amenazan a la humanidad, sobre todo a quienes tienen menores condiciones de vida y a quienes habitan en zonas del planeta más expuestas a los fenómenos naturales.

Las universidades públicas tendrán que colaborar en proyectos comunes. Habrá que facilitar la reunión y el intercambio de académicos, reconocer la redacción colectiva de trabajos e informes, y hacer uso de las tecnologías que cada institución posea. Compartir información y agilizar la difusión de resultados a los universitarios, y a los distintos públicos de la sociedad interesados en el trabajo académico.

Habrá que discutir, dada la variedad de proyectos que se lleven a cabo, cuál es o cuáles son las formas de organización académica que favorecen la colaboración directa entre los investigadores y cómo apoyar a las universidades de aquellos lugares donde la problemática ambiental se presente más aguda, al tiempo que se intensifique la formación de nuevos investigadores y el trabajo en equipo.

Enfrentar a los desafíos del conocimiento para contender con los posibles efectos de la dinámica ambiental sobre lo geográfico, económico, demográfico, social y político. Educar a la población para que tenga capacidades de formular opciones de salida, individuales y colectivas, a los problemas concretos que se vayan presentando. La extensión universitaria será crucial para la interacción institucional con la sociedad.

2• Entornos. Coincido con lo dicho por Adrían Acosta acerca de que los entornos en que se encuentran las universidades permiten entender y explicar en profundidad sus dinámicas institucionales. Las sociedades de hoy están metidas en un berenjenal mundial y nacional bastante difícil. Comprender a las universidades en este contexto, para darles opciones de futuro, requiere análisis y reflexiones, volver a consultar algunas obras que sociológicamente se consideren relevantes para comprender el entorno.

Como estudiante en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, leí parte de la obra de C.W. Mills, a la que se puede acudir inicialmente para explorar el entorno actual: La élite del poder, Poder, Política y Pueblo y Las causas de la tercera guerra mundial. O, ¿cómo desentrañar lo que pasa en Palestina y Ucrania? Y, después, vale consultar otros textos como los de Wallerstein, el de Klein, Hardt y Negri, y ¿Podremos vivir juntos? de Touraine, sin que falte una mirada a Cardoso y Faleto. En suma, es útil revisar algunas lecturas del pasado que, junto con las actuales, enriquezcan la caja de herramientas conceptuales que otorga la sociología, para observar lo que pasa en el mundo, entenderlo y ofrecer algunas explicaciones. La conflictividad actual va a afectar a países como el nuestro, a las universidades y a los universitarios, por lo que necesitamos producir conocimientos que auxilien para salir mejor librados.

Estamos en una época muy compleja, con nacionalismos y populismos, en Europa y en nuestro continente, que se denominan de extrema derecha. En América Latina esta tonalidad política ha sido desastrosa para las universidades públicas y autónomas. En México, estamos frente a un proceso electoral para renovar representantes en miles de posiciones, en un ámbito discursivo donde, al menos en varias ocasiones, se ha agredido a la UNAM. ¿De qué se trata? ¿Qué significa esto? No puede dejarse pasar y, entonces, para tratar de entender recurro al libro de Urbinati, Yo, el pueblo, y deseo que el próximo gobierno transforme el discurso, que apoye a las universidades públicas, federales y estatales, dialogue con ellas, que se gesten actividades que sean cruciales para un nuevo curso del desarrollo, y que surjan propuestas desde una institucionalidad universitaria que promueva la renovación de sus formas de trabajo para hacer una academia apropiada, oportuna y pertinente al cambio social.

La historia. Hace 21 años, Jorge Medina Viedas comenzó el proyecto de Campus. Tuve la suerte de acompañarlo en el inicio. Se juntó un equipo plural al que le brindó respeto y amistad. Así lo recuerdo. Bajo su dirección, y con la fuerza del colectivo, se pudo transitar por situaciones adversas. Tantos años, tanta historia. Recorrerla muestra que Campus ha cumplido su cometido inicial: difundir lo que ocurre en la educación superior del país con base en las reflexiones y escritos de académicos e interesados en este campo de la realidad social. El reconocimiento, hoy, es para Jorge y para el equipo que se ha encargado de continuar el proyecto. Que ha desplegado capacidades y esfuerzos, que aprecio en todo lo que valen, como colaborador editorial y lector de Campus.