banner
banner

Humberto Muñoz García

foto

La UNAM en Mérida

Muñoz-García, H. (febrero 01, 2024). La UNAM en Mérida. Suplemento Campus Milenio. Núm. 1030. 2024-02-01

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se ha extendido por el país con establecimientos de investigación y docencia. Hacia el año 2007, la UNAM se instaló en Mérida, Yucatán, donde ya habían hecho presencia intelectual el Centro de Estudios Mayas, del Instituto de Investigaciones Filológicas y la Unidad de Sisal de la Facultad de Ciencias. No se partía de cero para crear una Unidad Académica en Ciencias Sociales y Humanidades (Uacshum), con el objeto de investigar y ampliar el conocimiento de lo social en esta importante región del país, fortalecer estos campos disciplinarios, impulsar la docencia con nuevas carreras, y colaborar con otras instituciones de esta región que tuvieran intereses académicos comúnes. Años más tarde (2017), se fundó la Escuela Nacional de Estudios Superiores en Mérida.

La Uacshum dio paso a la creación del Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales (Cephcis), integrado a la Coordinación de Humanidades, cuya trayectoria ha sido extraordinariamente importante. Las investigaciones hechas en este Centro están vertidas en decenas de publicaciones y cuenta con la Revista Península, que ha logrado un alto prestigio por la calidad de su contenido.

El Centro tiene un amplio catálogo de publicaciones. Uno de los libros que he leído se titula De qué hablamos cuando hablamos de Interdisciplina. Lo que ahí se señala es importante, porque desde la creación del Colegio de Ciencias y Humanidades (1971), en el Rectorado de Pablo González Casanova, los universitarios comenzamos a poner más énfasis en la necesidad de hacer investigación interdisciplinaria, y también multidisciplinaria. Más adelante, el propio González Casanova pasó a dirigir el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, mientras que, en 1983, se creó el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias.

En la UNAM ha habido aptitud por la conjunción e intersección disciplinaria, como modo de producción del conocimiento y enriquecimiento de la docencia, principalmente en el posgrado. Actualmente, la complejidad de la problemática social exige este enfoque, la integración de colectivos académicos de investigación y nuevas formas de distribución y difusión del conocimiento.

Los espacios académicos organizados en seminarios van de la mano con la incorporación de investigadores a equipos en proyectos de relevancia científica, particularmente necesarios cuando se trata de conocer los procesos y fenómenos que se encierran en los grandes problemas nacionales.

El Cephcis, en particular, viene experimentando la realización de proyectos que se ajustan teórica y metodológicamente a los enfoques multi e interdisciplinarios. Como dice uno de los autores del libro, la interdisciplina, en el momento actual de producción académica, “ha dejado de ser un dilema”. En otro texto se expone, en el caso de la historiografía, que en la apertura disciplinaria existen retos y riesgos en el análisis, cuando se adoptan de forma simplificada teorías y metodologías de otras disciplinas. Se advierte, asimismo, de las dificultades que pueden existir cuando se busca intersectar a distintas disciplinas. Hay ocasiones en que la interdisciplina no es bien aceptada y otras donde “el cruce disciplinario no necesariamente significa que se haga trabajo interdisciplinario”.

Además de interesantísimas discusiones desde la filosofía y la historia, el libro cubre textos cuya originalidad es mostrar la perspectiva de este enfoque en los estudios de género, para la defensa de los derechos humanos e ilustrar cómo en el uso de la interdisciplina se construyó un concepto como el de clivaje. En suma, es un libro de lectura obligada para investigadores y autoridades académicas que busquen reorientar las prácticas de investigación y docencia a las dinámicas actuales que se siguen en instituciones de punta.

Leí con muchísimo interés otro libro publicado (2023) por el Cephcis titulado Las Elites de la Ciudad Blanca (Iturriaga). Desde la primera lectura de “La elite del poder” de C.W. Mills, que hice cuando era estudiante de sociología, el estudio de las elites me ha llamado profundamente la atención. Y, en México, este conocimiento me parece central para entender, no sólo la desigualdad social, sino también, lo relacionado con la discriminación, el racismo, uno de los objetos centrales del libro, y el poder en manos de la élite, que en el caso de Yucatán han estado presentes en su historia. La autora nos muestra cómo se conformo la elite y cómo se ha reproducido, sus prácticas y representaciones, cultura, estudios, forma de vida, el uso y ejercicio del poder. Hay un análisis de cómo se ha distribuido la élite en el espacio de la ciudad de Mérida, y se estudia su ideología con fuentes periodísticas. Lo sustantivo del libro, el racismo sobre la otredad, se expone con una escritura clara, fina y ágil que, seguramente, todos los lectores van a apreciar.

Finalmente, Yucatán tiene una posición geopolítica que es de importancia estratégica para el país, directamente con el caribe, Centroamérica y USA. Pues bien, el último número de la Revista Península está dedicado al Caribe y se tiene programado presentarlo en América Latina en el mes de febrero, en un evento donde el Cephcis y la UDUALC unen esfuerzos.




Derechos reservados 2024 PUEES-UNAM
Universidad Nacional Autónoma de México