banner
banner

Humberto Muñoz García

foto

Pregunta de un estudiante

Muñoz-García, H. (febrero 15, 2024). Pregunta de un estudiante. Suplemento Campus Milenio. Núm. 1032. 2024-02-15

Esta semana, un joven estudiante me hizo una pregunta: ¿Qué Universidad tendremos en el mediano plazo? No es fácil de responder, contesté. Pero a lo mejor puedo darte algunas ideas para que explores qué sigue. La cuestión es legítima, dada la temporalidad y el contexto que priva en el país y dado que en la UNAM hay nuevas autoridades desde hace apenas unos meses.

La inmediatez de la respuesta me hizo recomendar títulos que he repasado, recientemente: La universidad necesaria en el S.XXI de González Casanova, La Universidad en el S.XXI de Boaventura de Souza Santos; me acordé del proyecto de Darcy Ribeiro para construir la Universidad de Brasilia, de Vasconi, y su insistencia en la historia, para entender cómo se construyeron los sistemas educativos en las distintas sociedades latinoamericanas. Además, pensé que la respuesta me obligaba a jalar ideas de dos textos más: The University in Ruins de Bill Readings y Riches for the Poor de Earl Shorris. Estas obras son las que vinieron en un santiamén a la cabeza, para hablar de manera simple y preliminar respecto de tan complicada pregunta.

El ejercicio requiere una reflexión seria para una buena respuesta, que siento indispensable que hagan los universitarios y sus autoridades. Y se puede encontrar mucha bibliografía sobre el tema. Además, estamos conscientes de las presiones que hay para que la matrícula siga creciendo, y del papel trascendente que juega la universidad en la sociedad red, los desafíos que tendrá que sortear con los nuevos conocimientos, que surgen a diario, etcétera.

Hace más de dos lustros discutimos algo semejante en el Seminario de Educación Superior (SES), y terminamos con un resúmen que hice de las discusiones y aportaciones del grupo vertidas en el primer cuaderno digital de este colectivo. Sigo pensando que es un buen antecedente, pero hay que avanzar.

Hace quince días, en el Seminario, hablamos sobre la recepción del capitalismo académico en A.L. con tres colegas chilenos, uno de ellos, J.J. Brunner. Él y otros colegas tienen un libro sobre el tema. De alguna manera se apuntaron ideas sobre posibles opciones institucionales en los próximos tiempos.

En fin, aquí esbozo algunas ideas derivadas de mis lecturas y experiencias en la UNAM. Desde luego, en lo personal, deseo que la universidad, y mi Universidad, tenga una mejoría sustancial desde el punto de vista académico; quiere decir que los académicos hagamos nuestro trabajo mejor, más comprometido con las tres funciones institucionales, con la sociedad, con los jóvenes. Y eso puede mejorar si se eliminan presiones burocráticas en favor de la productivitis, sí se genera un clima, tal vez para publicar menos, pero mejores productos, y tener más tiempo para enseñar y difundir. Restaurar la identidad académica entre lo que somos y lo que hacemos. Más reflexión colectiva, multi e interdisciplinaria, como lo demanda la complejidad de los grandes problemas nacionales.

Una institución que permita contar con un clima político, donde la academia pueda participar en la decisión de asuntos que atañen a su trabajo, con cuerpos colegiados en los que sus miembros sean representativos y legítimos frente a sus comunidades. Recuperar la autoridad del saber.

La universidad debería posibilitar que los estudiantes se eduquen y socialicen en un medio democrático. Hacia el exterior, estar presente en la esfera pública con una postura contra la desigualdad de todo tipo, contra la polarización y en favor de la pluralidad; hacer buen uso de los recursos públicos para la investigación.

La ciencia y la tecnología avanzan rápidamente. Pero en esta era digital, sería bueno que avancen acompañadas de humanidades. Ni la democracia ni la tecnología pueden pensarse y hacerse sin humanidades (eg. Nussban). Y son cruciales para una comunicación que sea enriquecedora. Además, desde la universidad, ayudan a liberar a las personas de las trabas que impone la desigualdad, orientan el comportamiento a partir de saberes históricos que apuntan a la decisión de opciones futuras posibles de seguirse. Renuevan los instrumentos que hacen posible llegar a acuerdos y pactos políticos razonables para que todos colaboren por el cambio hacia un mayor bienestar social.

La propuesta para reestructurar la Universidad puede basarse en un plan de desarrollo institucional consensado, posible de ser revisado y actualizado de acuerdo a sus logros. Un plan que permita definir políticas rectorales, públicas, donde se exprese la dirección histórica a seguir por la Universidad, para que con base en el conocimiento de la institución, surjan propuestas para resolver los problemas académicos, políticos, económicos, organizativos y administrativos. Mejores relaciones sociales en la comunidad. Contra toda discriminación.

En fin, dentro de la literatura de este tema, se supone que las políticas públicas son formas para racionalizar la acción de los gobiernos, y se aplican con mejores resultados, una vez que son aceptadas, según medios y fines, por la comunidad a la que van dirigidas (eg. Merino); esto es, deben ser incluyentes y convincentes (Canto) de que por esa vía se lograrán mejores resultados. Hasta aquí este avance inicial de la respuesta.




Derechos reservados 2024 PUEES-UNAM
Universidad Nacional Autónoma de México