Roberto Rodríguez Gómez

El 29 de noviembre estudiantes del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), agrupados en la Asamblea Estudiantil de la institución, tomaron las instalaciones de la sede e iniciaron un paro de actividades que se prolonga hasta hoy. La medida fue replicada, a partir del 4 de diciembre, en las instalaciones de la Región Centro (Aguascalientes) y, en ambos casos, con apoyo del personal académico y administrativo del CIDE. Además, a partir del 6 de diciembre se instaló, en la sede de la Ciudad de México, un campamento con ex alumnos de la institución: los CIDE-alumni.

El pliego petitorio de la Asamblea General Estudiantil para desocupar las instalaciones del CIDE y reconocer la designación de un director general, dado a conocer inmediatamente después de la toma, incluye, en resumen, las siguientes demandas: 1. Firma de las autoridades del Conacyt de una carta compromiso, propuesta por la propia Asamblea, de no represalias a la comunidad estudiantil; 2. Generación de una Asamblea Estudiantil permanente que se reconozca en el reglamento como mecanismo legítimo de comunicación entre la comunidad estudiantil y los órganos de administración y gobierno del CIDE; 3. Reinicio del proceso de designación para el puesto de dirección general del CIDE con apego a la normativa y representación, voz y voto de miembros de la comunidad de la institución, incluso representantes estudiantiles designados por la Asamblea General Estudiantil; 4. Convocatoria a una sesión de diálogo horizontal para la lectura y negociación del pliego petitorio, en que participen autoridades del CIDE y el Conacyt, representantes de la asamblea estudiantil y observadores de los sindicatos del CIDE, integrantes de las colectivas estudiantiles de la institución y miembros de CIDE-Alumni; 5. Inmediata destitución de José Antonio Romero Tellacche impuesto como director interino; 6. Reconocimiento del CIDE como institución autónoma, y 7. Prioridad en la agenda de la dirección general del CIDE para atender asuntos de género y no discriminación en la institución.

La toma de instalaciones prosiguió con la convocatoria a una marcha pacífica el sábado 4 de noviembre. A ella acudieron al menos un millar de personas, entre miembros de la comunidad del CIDE y simpatizantes del movimiento de otras instituciones académicas.

En respuesta a la movilización y demandas de las comunidades de estudiantes y académicos del CIDE, el Conacyt publicó en su portal el “Aviso informativo/2021” con fecha 5 de diciembre. En ese comunicado se hace un llamado a “entablar un diálogo respetuoso, libre y transparente con toda la comunidad del CIDE” y se demanda la inmediata liberación de las instalaciones ocupadas. El aviso informativo señala que la designación de director del CIDE es, al fin y al cabo, una atribución de la persona titular del Conacyt, y se afirma que “desafortunadamente los hechos recientes han servido de plataforma para que grupos al interior, e incluso externos al CIDE, los utilicen con fines e intereses ajenos al quehacer académico de la institución”. Al final de ese texto, el Conacyt se compromete a que “a partir de 2022 se cancelarán todas las colegiaturas y cualquier tipo de cuotas.”

En respuesta a ese pronunciamiento, la Asamblea Académica Permanente del CIDE suscribió un comunicado en que se hace notar, en primer lugar, que la titular del Conacyt fue convocada y no asistió a una reunión de diálogo con las comunidades del CIDE que se celebraría el 2 de diciembre; que el proceso de designación del director del CIDE, primero como director interino y posteriormente ratificado por el Conacyt, fue opaco e insensible a las expresiones de inconformidad de académicos y estudiantes; que el economista José Antonio Romero Tellacche actuó arbitrariamente en su periodo como director interino, al despedir al titular de la sede Región Centro (Alejandro Madrazo Lajous) por expresar apoyo a las demandas de académicos en el programa de cátedras Conacyt, y al destituir a la secretaria académica del CIDE (Catherine Andrews), por negarse a suspender las Comisiones Académicas Dictaminadoras de la institución. El comunicado concluye señalando: “El diálogo exige un ambiente de respeto, y éste comenzará cuando las autoridades estén dispuestas a escuchar a la comunidad y atender sus peticiones y necesidades, y cuando cese la intimidación.

Varias instituciones universitarias, públicas y privadas, han externado preocupación ante los acontecimientos. En los últimos días tanto la UNAM como la Anuies dieron a conocer, en sendos comunicados, la urgencia de resolver el conflicto a través del diálogo y la negociación. También se ha planteado la posibilidad de una intermediación entre las partes que permitiera conciliar las posturas encontradas.

¿Es posible una salida? Parece difícil si el Conacyt no cede en la demanda central del movimiento: reponer la elección del director. Para los estudiantes, no obstante, es prioritario el reconocimiento de la representación estudiantil. Hay que estar atentos al desenlace, sin perder de vista lo que está en juego: la libertad académica que incluye participar en los asuntos críticos del gobierno de las instituciones.