banner
banner

Roberto Rodríguez Gómez

foto

El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ V

Rodríguez-Gómez, R. (junio 22, 2023). El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ V. Suplemento Campus Milenio. Núm. 1002. 2023-06-22

Primer artículo de la serie:
El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ I
Segunda entrega:
El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ II
Tercera parte:
El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ III
Cuarta parte:
El gobierno de la ciencia en México. Una retrospectiva/ IV

El 28 de diciembre de 1950 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Decreto que crea el Instituto Nacional de Investigación Científica” (INIC). La iniciativa, suscrita por el entonces presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952), reemplazaba a la anterior Comisión Impulsora y Coordinadora de la Investigación Científica (CICIC, 1942-1950). En su versión original, es decir la establecida en la norma de 1950, el INIC mantenía cierta continuidad con los propósitos y funciones encomendados a la CICIT: coordinación de la investigación científica, órgano consultivo del gobierno en materia de ciencia y tecnología y promoción de las actividades y productos correspondientes. Incluso, en el apartado de transitorios del decreto, se establece que “los cinco vocales actuales de la Comisión Impulsadora (sic) y Coordinadora de la Investigación Científica continuarán como vocales del Instituto Nacional de la Investigación Científica por el tiempo para el que fueron legalmente designados (artículo primero transitorio).

Al igual que la CECIT, el INIC concentra su objeto solo en un puñado de disciplinas científicas: ciencias matemáticas, físicas, químicas, biológicas y geológicas “así como en las ciencias aplicadas derivadas de ellas” (artículo 2). Si se atiende a la comparación entre las atribuciones, a la organización y en general a las características de ambas instituciones, se comprende que, en realidad, se trató de un cambio de nombre antes que un giro en la política científica del Estado mexicano. No obstante, varios procesos y cambios instituidos en la década de los años cincuenta y en el decenio posterior modificarían el escenario.

El primero a destacar, por su importancia, es la edificación de la Ciudad Universitaria de la UNAM, cuya construcción abarca el periodo de 1949 a 1952. Con el inicio de cursos de 1953, la UNAM estrenó instalaciones y también rector: en febrero de ese año fue designado Nabor Carrillo Flores, ingeniero egresado de la UNAM y doctor en ciencias por la Universidad de Harvard, quien previamente ocupó el cargo de primer coordinador de Investigación Científica de la Universidad (1947-1953). Con esa designación, la Junta de Gobierno universitaria se pronunció en favor de un liderazgo científico para guiar la institución en su nueva etapa. La Ciudad Universitaria permitió integrar físicamente la comunidad de estudiantes y académicos y proyectó la imagen de una universidad sólida, moderna y de vanguardia. En el plano simbólico representó la configuración de un nuevo pacto entre la Universidad y el Estado, a través del cual la institución apoyaría las políticas gubernamentales a cambio de contar con los apoyos requeridos para concretar los proyectos de la institución. En complemento, en 1954 el Consejo Universitario autorizó la celebración de contratos para profesores e investigadores de tiempo completo, primer antecedente para que, en el futuro, las universidades públicas y los centros de investigación pudieran contar con plantas académicas dedicadas exclusivamente a labores de docencia e investigación.

También cobró importancia la celebración, en el marco del IV Centenario de la Universidad, la realización del Congreso Científico Mexicano (24 a 30 de septiembre de 1951), el cual fue organizado en varias divisiones: ciencias físicas y matemáticas, ciencias biológicas y médicas, ciencias sociales, teoría de la ciencia fisiológica, psicología y filosofía. Según recuento del presidente del evento (Antonio Caso), se registraron 1,216 trabajos, nacionales y extranjeros, distribuidos en las 173 secciones del Congreso. (“Congreso científico mexicano”, Revista de la Universidad, octubre de 1951). Posteriormente (1953-1954) se publicaría una extensa memoria de las ponencias.

Otro elemento destacable es la creación de la Asociación Mexicana de Universidades e Institutos de Educación Superior (Anuies), en sustitución de la anterior Comisión Permanente Universitaria Nacional. La asamblea de creación de la asociación tuvo lugar el 25 de marzo de 1950 en Hermosillo, Sonora, con la participación de 26 universidades e institutos públicos de educación superior y se designó como primer presidente a Luis Garrido Díaz, entonces rector de la UNAM.

En 1950 se verificó, en la Ciudad de México el Primer Congreso de Academias de Habla Española, que reunió a una veintena de academias nacionales, dio pie a la Asociación de Academias de la Lengua Española, y sentó bases para la configuración de una política lingüística panhispánica.

Al concluir la década de los cincuenta se formalizó la creación de la Academia de la Investigación Científica, en calidad de asociación civil, cuya presidencia fundacional recayó en Alberto Sandoval Landázuri, doctor en ciencias químicas por la UNAM y director del instituto de química de la misma institución de 1953 a 1970. La iniciativa fue impulsada, además de por Sandoval, por el célebre astrónomo Antonio Haro, asimismo académico de la Universidad Nacional, y por un destacado cuerpo de científicos, la mayor parte de ellos de procedencia universitaria.

La Academia de la Investigación Científica, que en 1996 cambió su nombre por Academia Mexicana de Ciencias, se encargó a partir del momento de su creación, de promover una reforma al modo de operación del INIC, lo que se plasmaría en el “Decreto por el que se ordena la reorganización del Instituto Nacional de la Investigación Científica, creado por Decreto del 28 de diciembre de 1950”. De la segunda etapa del INIC, que se extiende hasta 1970, nos ocuparemos en la próxima entrega, en la cual también pasaremos revista a un proyecto de fundamental importancia en el desarrollo de la ciencia mexicana: el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav), inaugurado en 1961, bajo la presidencia de Adolfo López Mateos (1958-1964).




Derechos reservados 2024 PUEES-UNAM
Universidad Nacional Autónoma de México